Maquia es miembro de una raza especial llamada Iorph: seres místicos que pueden vivir durante cientos de años y permanecer separados de las vidas y los problemas diarios de la humanidad. Sin embargo, Maquia siempre se ha sentido sola a pesar de estar rodeada de su gente, ya que quedó huérfana desde muy temprana edad. Sueña con el mundo exterior, pero no se atreve a viajar desde su casa debido a las advertencias del jefe del clan. Sin embargo, un día, el mundo exterior la encuentra, mientras el reino hambriento de poder, Mezarte, invade su tierra natal. Ya tienen lo que queda de los dragones gigantes, el Renato, bajo su control, y ahora su rey desea agregar la inmortalidad del Iorph a su línea de sangre. Los humanos y sus dragones arrasan la patria de Iorph y matan a la mayoría de sus habitantes. Atrapada en medio del ataque, Maquia es llevada por uno de los Renato que se ha vuelto loco. Pronto muere, y ella queda abandonada en un bosque lejos de casa, ahora verdaderamente sola, a excepción de los gritos de un solo bebé en la distancia. Maquia encuentra al bebé en un pueblo destruido y decide criarlo como si fuera suyo, llamándolo Ariel. Aunque no sabe nada del mundo humano, cómo criar a un niño que envejece mucho más rápido que ella o cómo vivir con la soledad latente en su interior, está decidida a hacer que todo funcione de alguna manera.